Vecinos en la
juventud, amigos en la vejez
El
círculo de abuelos La Bendición de Vivir,
de la parroquia La Pastora, celebró su octavo aniversario con una velada
colmada de risas y anécdotas
Neyda Urbáez
A partir de las 6:00 pm del
pasado jueves 21 de junio, los espacios de la casa #5 de Sabana del Blanco
sirvieron como escenario para la celebración de los ocho años de la Fundación
del club La Bendición de Vivir,
círculo de abuelos que hace vida en La Pastora.
A pesar de que su sede se
encuentra en la U.E.N.B. José Ignacio Paz Castillo, la casa #5 sirvió como refugio a los miembros
de este círculo de abuelos, nacido de la misión Barrio Adentro, y cuyo
principal objetivo ha sido el de unir a estos pastoreños, quienes no sólo han
sido vecinos por décadas, sino que han criado hijos, nietos, y hasta bisnietos
en La Pastora. Esta casa, mejor conocida como “la casa de las hermanas Millán”
(personajes de gran trayectoria en La Pastora, como cronistas y defensoras del
patrimonio), fue testigo de un festejo lleno de risas y recuerdos.
Entre los miembros
asistentes estuvieron: Santiaga “Santi” Morillo, Lucía Trujillo, Helena Millán,
Graciela Maldonado, Rodolfo Sánchez, Coromoto de Sánchez, la doctora Mayelín
Vásquez y René Mejías, su esposo. La Doctora, quien fue una de las homenajeadas
en esta celebración, mediante el otorgamiento de una placa por parte del Club,
lleva cinco años laborando en La Pastora, lugar al que llegó como parte de un
equipo de médicos cubanos. En un corto aunque emotivo discurso, Vásquez mostró su agradecimiento hacia el
círculo de abuelos, ya que, según comentó, ellos le han brindado mucho apoyo,
tanto a ella como a su labor, desde su llegada en el año 2007.
Dra.Mayelín Vásquez recibiendo su placa |
Las anécdotas estuvieron a
la orden del día, recordando los paseos y viajes que han organizado como club,
y la labor que han realizado en pro del enriquecimiento de la vida de La
Pastora, y de sus propias vidas. Graciela recordaba: “hace tres años yo fui la
reina, y armamos una carroza con una silla de ruedas. Aún no hemos elegido otra
reina, así que sigo montada en mi trono” -decía mientras reía.
Entre fotos, bebidas y
pasapalos, se dio comienzo y fin a esta conmemoración, que no sólo estuvo
plagada de recuerdos, sino de esperanzas de todos los años por venir, y de
todos los proyectos que este club de abuelos se ha planteado a futuro.
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