Grupos
de veinte personas buscan techo en propiedades ajenas
Desde
casas desocupadas y en precarias condiciones, hasta viviendas humildes de
vecinos que llevan muchos años en La Pastora, cualquiera puede enfrentarse a
los invasores
María Laura Chang
En muchas parroquias y
municipios de Caracas el problema de las invasiones es un hecho. La Pastora
también es víctima de las ocupaciones ilegales y los vecinos están
atemorizados. Congregaciones numerosas irrumpen en viviendas deshabitadas o
vacías con la excusa de no tener techo y se ubican en propiedades ajenas.
Esto le ocurrió al profesor
de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, José Ramón Fernández, quien relató que el
miércoles 16 de mayo, en horas de la madrugada, un grupo de personas entró de
manera violenta a su casa. Él comentó
que vive en Catia, pero que esa casa, ubicada en la calle Natividad de La
Pastora, es herencia de sus padres. Destacó que la vivienda está derruida por
dentro, por lo que la consideró inhabitable.
Debido al mal estado de la
casa, algunos invasores sacaron sillas y se sentaron en la puerta. En su
mayoría eran mujeres jóvenes con niños pequeños en brazos. Fernández dijo: “esa
es la fachada, lo que ellos aducen para que no los saquen, para aseverar que
están en una necesidad perentoria”. El señor realizó la denuncia en la
Fiscalía, pidió auxilio a la Guardia del Pueblo de Cotiza y aseguró: “nos
atendieron muy bien y trataron de mediar con ellos”
El profesor espera que los
organismos hagan cumplir la justicia, ya que no quiere perder “la vivienda que
tanto le costó trabajo y sudor a mis padres”. Si muy bien la casa está
deteriorada, expresó que no pierde la esperanza de algún día poder
reconstruirla para su hija, que se acaba de casar y vive con él. Asimismo
agregó que se postuló al Proyecto Villanueva en 2006, iniciativa de la
parroquia de remodelar las casas patrimoniales, pero su caso quedó por fuera.
En febrero del año pasado, a
la señora Marta Campos le tocó vivir una angustiante situación. Ella contó que
mientras hacía una diligencia la llamaron para informarle que unas personas
habían invadido su casa en La Pastora. Señaló que acudió a numerosas
instancias, pero fueron sus vecinos
quienes la ayudaron a sacar a la gente. Tras una fuerte riña los invasores
desalojaron y Campos pudo volver a su hogar.
Los vecinos de La Pastora
están muy preocupados por este flagelo. Es el caso de Guillermo Yanés, hijo de
una residente de la zona quien explicó que teme por su madre y advirtió que en
el supuesto de que llegara atravesar una situación parecida “no voy a buscar
ley, yo me voy a hacer ley. Aunque ella es una mujer de 82 años, no está
indefensa”.
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