Involucrar a
los jóvenes es el principal objetivo
En
La Pastora se
llevan a cabo diversas actividades educacionales y recreativas para promover la
participación e integración comunitaria en un ambiente sano y de convivencia
Bárbara D’Ambruoso R
Programas de salud,
educación, recreación y seguridad son los que se desarrollan en la parroquia La Pastora mensualmente con
los planes de convivencia propuestos por el municipio Libertador para sus 22
parroquias. Estos proyectos son aplicados en las áreas priorizadas en las
cuales hay mayor incidencia conflictiva y que necesitan atención especializada
para salir adelante.
Un grupo de profesionales,
apoyados por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (CIPCP) realizó un estudio del cual se obtuvo, como resultado,
que 53 áreas de las 22 parroquias del municipio Libertador necesitan atención
prioritaria. En La Pastora
las áreas que resultaron subrayadas fueron los sectores de Lídice y Manicomio.
El proceso, como lo indicó
el coordinador general de Misión Barrio Adentro y trabajador social, Orlando
Romero, consiste en designar promotores sociales especializados en: salud,
educación y lucha antidrogas, quienes aplican sus conocimientos a los sectores
priorizados. Alida Rodríguez (sector salud), Arelis Martínez (sector educación)
y Wilfredo Vázquez (consejero de información comunicacional) son parte del
equipo de La Pastora.
“Desarrollamos el cronograma
de actividades que está sistematizado desde el interior de la parroquia. La
propuesta se le lleva al vecino para que la apruebe y forme parte de ella, ya
que ellos son los que deciden lo que se realizará en su comunidad. El objetivo
es educar al colectivo para que ellos continúen realizando las actividades por
sí solos”, señaló Orlando Romero.
El plan de convivencia
consta de cuatro fases: la primera consiste en establecer un puente comunicacional
con los sistemas comunitarios de la parroquia. La segunda
es la ejecución de actividades, las cuales abarcan talleres de lectura,
festivales musicales, cine-foros, entre otros. La fase tres consiste en la
construcción de la escuela comunitaria, o escuela de formación, la cual
constituye la base para la fase cuatro, en la cual los mismos pastoreños
planificarán, dirigirán y gerenciarán sus actividades.
“Se busca que el pueblo sea
más participativo. Somos un colectivo, por lo que debemos beneficiarnos entre nosotros” señaló
Romero. La comunidad en conjunto será, pues, la encargada del montaje de
eventos a partir de la instrucción recibida gracias a los planes de convivencia
desarrollados en la parroquia.
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